La integración vertical
La integración vertical consiste en el
aumento del número de procesos productivos realizados por una empresa. En
teoría, las empresas pueden especializarse para más tarde relacionarse con las otras mediante el mercado. De hecho, la
mayoría de las empresas están integradas de alguna forma pero solo unas pocos
realizan todo lo que necesitan por si solas. Es interesante destacar que alguna
empresa ha estado cerca de conseguir una integración vertical total como por
ejemplo kodak que llego a tener ganado para fabricar la gelatina necesaria para
su proceso productivo.
Hay dos tipos de integración vertical:
Integración vertical hacia atrás: la compañía crea pequeñas empresas que producen algunos de los materiales
utilizados en la fabricación de sus productos. Por ejemplo, una compañía
automovilística puede poseer una empresa de neumáticos, una de vidrio y una de
metal.
Integración vertical hacia
adelante: la compañía establece subsidiarias que distribuyen o venden productos
tanto para los consumidores como para su propio consumo. Como ejemplo, sería un
estudio de cine que poseyera una cadena de teatros donde proyectar sus
películas.
En la actualidad un gran
número de empresas está optando por realizar un tipo de integración vertical
conocido como causi –integración vertical. Consiste en el proceso contrario ya
que estas empresas se desintegran verticalmente mediante la adquisición del
exterior de todo lo que necesita. Esta adquisición se consigue manteniendo
relaciones estables con una seria de distribuidores y proveedores.
La integración vertical
presenta una serie de ventajas e inconvenientes
que las empresas deben de tener en cuenta a la hora de decidir el grado
de integración más conveniente. La principal ventaja de este estilo de propiedad
y control es que reduce los costes de transacción al reducir la relación con
otras empresas. Además asegura la distribución y el aprovisionamiento al no
depender de la actuación de otras empresas. La integración vertical supone la
producción de productos estandarizados y las empresas que la apliquen podrán
beneficiarse de las ventajas que ofrecen las economías de escala, es decir, una
reducción del coste medio de producción a medida que aumenta la producción.
Por tanto, la integración
vertical resuelve una serie de problemas pero también presenta otros. En primer
lugar se pierden las ventajas de la especialización; En una empresa que emplea
procesos productivos diferentes puede
haber una pérdida de atención de manera que al final la empresa acaba por no
ser buena en nada. Además, el mayor grado de coordinación interna exigido
provoca un aumento de los costes administrativos. Por último, la empresa tendrá
dificultades para adaptarse a los cambios ambientales que exijan emplear otra
tecnología o reducir la capacidad productiva. Por tanto podemos afirmar que la
integración vertical supone una pérdida de flexibilidad.
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