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martes, 5 de febrero de 2013

Clasificación de los productos


Podemos dividir los productos en cuatro tipos:

Productos o Bienes de Conveniencia: Un producto de conveniencia es un artículo con un precio reducido cuya compra exige poco esfuerzo. Es decir, un consumidor no estaría dispuesto a emprender una búsqueda extensa de ese artículo ni va a utilizar mucho tiempo para decidir si compra o no el producto. Los bienes de conveniencia se encuentran en muchos puntos de venta por lo que son fáciles de conseguir. La última característica de este tipo de productos es que son adquiridos por los consumidores con mucha frecuencia.  Caramelos, refrescos, peines, aspirinas, pequeños artículos de ferretería, tintorería y lavado de automóviles entran en la categoría de productos de conveniencia.
Productos de Comparación o Bienes de Compra Comparada: Se considera bien de compra comparada a un producto tangible del cual el consumidor quiere comparar calidad, precio y tal vez estilo en varias tiendas antes de hacer una compra. Por tanto, a diferencia de los productos de conveniencia estos no son comprados inmediatamente y requieren la recopilación de información antes de realizar la compra. Además, son comprados menos frecuentemente por lo que no disponen de tantos puntos de venta. Por último, su precio es mayor que el de los productos de conveniencia. Ejemplos de bienes de compra comparada  son la ropa de moda y los muebles.
Productos o Bienes de Especialidad: Son aquellos productos para los que el consumidor no va a aceptar sustitutos. Estos tienen características únicas o identificaciones de marca lo que hace que un grupo significativo de compradores está dispuesto a realizar un esfuerzo especial de compra. El prestigio de la marca o las características únicas del producto provocan que el consumidor esté dispuesto a desembolsar una cantidad grande de dinero para adquirirlo, por lo que el precio de estos productos es mucho mayor que el de los productos de comparación e, indudablemente, que los de conveniencia. Como ejemplos se pueden citar los automóviles de alta gama como Ferrari.
Productos o Bienes no Buscados: Son aquellos cuya existencia no es conocida por el consumidor o que, conociéndola, no desea comprar. Un ejemplo sería los detectores de humo ya que al consumidor no le resulta agradable pensar que un día su casa o su negocio pueden incendiarse. El hecho de que el consumidor  no desee si quiera pensar en este tipo de productos provoca, a su vez, que no esté interesado en comprarlo. Por ello, las empresas encargadas de la venta de este tipo de productos tienen que realizar grandes esfuerzos de marketing. 

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