Clasificación de los productos
Podemos dividir los
productos en cuatro tipos:
Productos
o Bienes de Conveniencia: Un producto de conveniencia es un
artículo con un precio reducido cuya compra exige poco esfuerzo. Es decir, un
consumidor no estaría dispuesto a emprender una búsqueda extensa de ese artículo
ni va a utilizar mucho tiempo para decidir si compra o no el producto. Los
bienes de conveniencia se encuentran en muchos puntos de venta por lo que son fáciles
de conseguir. La última característica de este tipo de productos es que son adquiridos
por los consumidores con mucha frecuencia. Caramelos, refrescos, peines, aspirinas,
pequeños artículos de ferretería, tintorería y lavado de automóviles entran en
la categoría de productos de conveniencia.
Productos
de Comparación o Bienes de Compra Comparada: Se considera bien de
compra comparada a un producto tangible del cual el consumidor quiere comparar
calidad, precio y tal vez estilo en varias tiendas antes de hacer una compra.
Por tanto, a diferencia de los productos de conveniencia estos no son comprados
inmediatamente y requieren la recopilación de información antes de realizar la compra.
Además, son comprados menos frecuentemente por lo que no disponen de tantos puntos
de venta. Por último, su precio es mayor que el de los productos de conveniencia.
Ejemplos de bienes de compra comparada son la ropa de moda y los muebles.
Productos
o Bienes de Especialidad: Son aquellos productos para los que el consumidor
no va a aceptar sustitutos. Estos tienen características únicas o
identificaciones de marca lo que hace que un grupo significativo de compradores
está dispuesto a realizar un esfuerzo especial de compra. El prestigio de la
marca o las características únicas del producto provocan que el consumidor esté
dispuesto a desembolsar una cantidad grande de dinero para adquirirlo, por lo
que el precio de estos productos es mucho mayor que el de los productos de comparación
e, indudablemente, que los de conveniencia. Como ejemplos se pueden citar los
automóviles de alta gama como Ferrari.
Productos
o Bienes no Buscados: Son aquellos cuya existencia no es conocida por el consumidor o
que, conociéndola, no desea comprar. Un ejemplo sería los detectores de humo ya
que al consumidor no le resulta agradable pensar que un día su casa o su negocio
pueden incendiarse. El hecho de que el consumidor no desee si quiera pensar en este tipo de
productos provoca, a su vez, que no esté interesado en comprarlo. Por ello, las
empresas encargadas de la venta de este tipo de productos tienen que realizar
grandes esfuerzos de marketing.
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