El Empresario Individual
Es la persona física que ejerce de forma habitual y por cuenta propia una actividad comercial, industrial o profesional, y responde con todo su patrimonio de las deudas que pueda contraer su negocio. Su responsabilidad es por tanto ilimitada.
Sus
principales características son: pueden ser empresarios individuales
las
personas mayores de edad con plena disponibilidad de sus bienes, o las
menores
(o incapacitadas) a través de sus representantes legales; no existe
capital mínimo
legal para iniciar la actividad; la gestión de la empresa y su
representación legal
corresponden a su titular; la denominación o razón social de la empresa
será el
nombre del titular; el empresario tributa a través del Impuesto sobre la
Renta de las Personas Físicas; no es obligatoria la inscripción en el
Registro Mercantil, aunque sí es
aconsejable, ya que si no se hace no se podrán inscribir otros
documentos ni
aprovechar los efectos legales que esto conlleva.
A
pesar de que el empresario individual tenga plena autonomía sobre la gestión
del negocio, y éste no requiera de inversión inicial, el empresario asume todo
el riesgo y responde con todos sus bienes ante las deudas de la empresa. Además,
son empresas muy dependientes de las habilidades del fundador, y las
posibilidades de obtener préstamos también dependen mucho de su patrimonio
personal.
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